dilluns, 19 de febrer del 2018

Concurso poemas de amor de Zenda e Iberdrola


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Poema de verso libre presentado al Concurso de poemas de amor de       Zenda e Iberdrola

#poemasdeamor

VALENTINA

Tu semblante es cándido
y haces de la timidez virtud,
de la generosidad excelencia
y de la ingenuidad leyenda viva.
Valentina...
Cuánta poesía transmite tu nombre...
Al escribirlo o pronunciarlo
o sencillamente escribirlo,
es increíble como se altera la serenidad de mi espíritu.
Cien imágenes y mil deseos zarandean sin piedad
la coraza de alguien perdidamente enamorado.
Valentina...
Si oso nombrarte
es porque sé que no me ves.
Qué trance si supieras cuánto me gustas...
Te aseguro que al evocar tu rostro
una excitación irrefrenable
se apodera de mi cuerpo
y en mi alma prende,
como llama fulgurante,
preñada de pasión y lascivia,
un deseo clandestino:
cortejar tu amor. 

Entre mis anhelos inconfesables
uno brilla a gran altura:
quisiera detener el tiempo,
atrapar los instantes efímeros
y convertirlos en eternos.
Tu y yo,
mi amor,
ancorados en una primavera permanente
donde flores y pájaros,
cielo y horizonte,
fueran nuestros amigos.
Un universo donde aromas embriagadores
nos acompañasen a todas horas,
y en maravilloso éxtasis,
contemplaríamos nuestros semblantes
susurrando finezas
y otras lindezas propias de enamorados.
Valentina...
¡¡¡Te amo con locura pero no sé cómo decírtelo!!! 

Te molesta la soberbia...
¿Y a quién no?
Con la altivez estás malavenida
y en cuanto a las cosas del amor
las quieres sinceras y transparentes...
¡¡¡Claro que sí!!!
¡¡¡Faltaría más!!!
Soy humilde y sencillo,
de caprichos pequeños y cercanos.
Pregunta y te dirán…
te confirmarán que ni altivo soy
ni mucho menos arrogante...
Desconozco qué es la vanidad
y me subleva la presuntuosidad,
pero me falta gallardía,
me falta valor para ser franco contigo...
Dime cobarde,
lo merezco...
me avergüenza mi pusilanimidad.
Un temor profundo al fracaso
tenaza inmisericorde mi corazón.
Sufro...
Muchísimo...
El tiempo es hora incierta,
la noche infierno...
No duermo…
La angustia me matará…
La incertidumbre me enterrará…
Valentina...
Se rompe mi corazón si sospecho puedas ignorarme.
Por Dios, ¡¡no lo hagas!!
Pero más terrible sería,
y preferiría finar antes,
si tu mirada hacia mí es de indiferencia y frialdad glacial,
insensible a mis anhelos
impasible a mis sentimientos.
El desprecio ante mi amor honesto
sería un suplicio horrible,
un tormento doloroso e insoportable.
Por favor,
fuerzas del destino,
¡¡No me deseéis sufrimiento tan terrible!!
La cobardía de mi silencio me matará en vida
pero más lúgubre sería mi agonía si me rechazaras.

Por suerte esta mañana la fortuna ha llamado a mi puerta.
Al fin sé cómo ordenar mis sentimientos,
sé qué hacer para acercarme a ti,
para expresarte sin barreras
lo que mi corazón clama desde hace tiempo.
¡¡¡Lo haré a través de un concurso de poesía!!!
¡¡¡Qué idea tan soberbia!!!
Y ya me las apañaré para que leas mi poema.
Cambiaré tu nombre por otro, y...
(estoy llorando...
la emoción no me deja pensar...
el miedo colapsa mis pensamientos...)
cruzaré fuertemente los dedos.
Anhelaré como nunca en mi vida,
y lo haré para que captes con nitidez que
todo cuanto pienso,
cuanto expreso
y que aquí confieso…
es para ti,
mi dulce estimada,
nunca jamás para cualquier otra,
que de busconas que por mi dinero me amarían
a montones encontraría en todas partes.
Valentina...
¡¡¡Te quiero, te amo y te deseo!!!


(Un enamorado ardoroso y apasionado
 que agoniza ante la incertidumbre del amor)

diumenge, 4 de febrer del 2018


EL  PEZ  TROMPETA

(Esta seductora fábula está dedicada a todas aquellas personas
 que con tenacidad y voluntad de hierro
 son capaces de superar cualquier adversidad por terrible que sea.
Con afecto, mi admiración y mi respeto más sinceros.
¡¡Bravo por ellos!!)

           
Érase una vez un pececillo enamorado de la música. De muy chico le hicieron un regalo fantástico: una cajita fascinante que al abrirla... oooh maravilla... deleitaba sus oídos con una melodía mágica. Este pececillo feliz y contento, siempre contaba a sus amigos que él, de mayor, tocaría el piano y daría conciertos en las salas más importantes del mundo. Pero mira por donde, cada vez que pedía a sus padres que lo llevaran a estudiar piano con un maestro, ellos le decían:
Hijo mío, pero ¿cómo quieres tocar el piano? No tienes ni dedos ni manos, ni brazos ni pies. ¿Cómo harás sonar las teclas?
 Entonces él, muy afligido, se escondía y se pasaba horas y horas escuchando su cajita de música. Tan grande era su pesar, que incluso, algunas veces, tuvo la impresión que la música de su cajita se había vuelto triste y que también lloraba apenada por él.
            Decidido a poner remedio a su congoja un día se escapó de su hogar. Y se marchó lejos, muy lejos hacia mares muy lejanos. Quería descubrir el mundo: alguien le había comentado que había otros peces con problemas similares al suyo y quería saber qué habían hecho para superarlos. Cuando ya se encontraba muy lejos de su casa se asustó: estaba en una zona desconocida donde el agua del mar era muy fría, oscura y profunda. De repente... un tiburón huraño se cruzó en su camino… Su temible dentadura presagiaba lo peor. El escualo le miró entre curioso e irritado y con voz hosca y grave le espetó:
¿Cómo tu por aquí, zagal? ¿Qué se te ha perdido en el mar profundo?
Con un hilo de voz, temeroso y apenado, nuestro amigo le explicó su cuita.
            Quiero ser pianista.
Ja, ja, ja, ja... rió sin compasión el tiburón–, pero si no tienes manos, zagal, ¡no te das cuenta que nunca podrás tocar el instrumento!
Entonces nuestro amigo rompió a llorar desconsoladamente hasta el punto de enternecer el duro corazón del tiburón ceñudo. Modulando la voz y con suma delicadeza, éste le dijo:
Ve a los mares cálidos del sur y pregunta  por el pez luna o por el pez martillo. Diles que vienes de mi parte. Ellos pueden ayudarte. Uno quería ser astronauta y el otro carpintero. Que te cuenten qué hicieron para poner solución a sus problemas.
            Ilusionado otra vez, nuestro amigo el pececillo enfiló hacia los mares cálidos del sur. Al llegar a ellos, se cruzó con un caballito de mar que le contó la historia del pez martillo.
Le pasaba algo parecido a lo tuyo. ¿Cómo ser carpintero sin manos? Pero encontró un remedio muy original: se puso un martillo en la nariz y ahora sí… ahora ya podía clavar tablas y tablones.
¡Que bien! pensó el pececillo con admiración. ¿Y la historia del pez luna? preguntó.
El caballito le dijo:
El pez luna quería ser astronauta y viajar hacia otras galaxias, pero como no había forma de  salir del mar y aún menos de volar por el cielo infinito se le ocurrió una solución genial: ¡instalar una luna en la nariz!
            Una vez conocidas estas historias, nuestro pequeño amigo el pez empezó a valorar la posibilidad de ponerse un instrumento en la nariz.
Un violín sería muy bonito pero sin manos… me pasaría como con el piano ¡no podría usar el arco! ¡¡Descartado!! Un tambor sería divertidísimo pero... pensándolo bien, el dolor de cabeza sería insoportable...
De repente...
¡Ya está! ¡Ya lo tengo! ¡Una trompeta! ¡Una maravillosa trompeta que podré soplar sin manos! ¡Fabuloso! ¡Genial!
 Y ahí le tenéis, y cualquier día de estos le vais a ver dando un concierto en vuestra playa porque ahora nuestro pececillo es un músico muy famoso y en todas las playas del mundo desean contar con él. Por cierto, este sábado toca en la playa del faro.

Lluís M. Bosch i Daniel





dilluns, 14 de gener del 2013



    Tasteu la música i escolteu les menges
  Una deliciosa aventura pels sentits
A càrrec de Lluís M. Bosch i Carolina Rius



            Divendres 18 de gener a les 21.30
            Restaurant L'AURIGA (Tarragona)
            Carrer Salines 5  (977 21 96 61)

            Dijous 24 de gener a les 21.00
            Restaurant OSPI (Sallent)
            Carrer de l'Estació 4 (93 820 64 98)

           (En tots dos llocs cal fer reserva prèvia. Places limitades)
 Esteu sentint A la llum d'Al-Àndalus de la MÚSICA ENCANTADA (Ll.Bosch)

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Sobre aquestes línies us obsequio amb  una deliciosa gormanderia per als més golafres: un powerpoint deliciós per anar fent gana. 

(ATENCIÓ: Misteris digitals per a mi incomprensibles fan que la sincronització música-imatges  no es correspongui amb la original, molt més creativa i fantasiosa. Si la desitgeu veure, demaneu-me-la  a musicadibuixada@hotmail.com i us l'envio ben aviat.)
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Una nova aventura que va començar a la tardor del 2010 i va veure la llum al març del 2012 torna amb força. A Tarragona (al Restaurant L'Auriga) i a Sallent (al Restaurant Ospi) podreu gaudir d'una deliciosa vetllada gastronòmica amb una proposta d'autor inèdita i fascinant: LA MÚSICA: UNA MENJA DE DÉUS

Les forces són intactes, la creativitat a flor de pell, l'entusiasme altíssim i el sarró ple de ganes a vessar. És un moment òptim. 

Les cartes són a taula (bonic joc d'intencions i doble sentit), entro en el joc...
Salut i bon profit!


Clica aquí per més informació